Sinopsis:
Begoña Letxea despierta secuestrada en un cuarto de un edificio cualquiera de Bilbao. Su marido, un importante arquitecto de la ciudad, recibe una llamada; tres millones de euros por la libertad de su esposa con una única condición, no puede intervenir la policía. Román, subinspector de la Ertzaintza acude a su amigo, el profesor Loizaga, para que lo ayude en la investigación. Pero el marido descubre que Begoña tiene un amante. ¿Pagará el arquitecto el dinero para liberar a su esposa?
El profesor hace un recorrido por las calles, tabernas y lugares más emblemáticos de la ciudad bilbaína, donde intentará poner nombre y rostro a la persona que se esconde tras el secuestro de Begoña Letxea y tras la misteriosa muerte del hombre hallado junto al puente del Arenal. Una historia de misterios y de buen comer, de complots y de intrigas que transcurren por las calles de una ciudad bilbaína que será testigo mudo de las andanzas del profesor Loizaga.
Biografía:
José Francisco Alonso – Bilbao (1968) Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Deusto. Trabaja como profesor de Filosofía en la ciudad de Valladolid. Partidario de una novela negra cercana, sin violencia expresa y de contenido social, utiliza la gastronomía y el humor como armas narrativas.
El éxito de su primera novela «Pisto a la bilbaína» le tiene algo sorprendido. Jamás pensó ser finalista del premio ICUE Negro 2022 en Cartagena Negra, a la mejor primera novela negra editada en 2021.
«Milhojas de jamón» es el siguiente caso del profesor Loizaga.
José María Brull Calbet (propietario verificado) –
Si Montalbano hubiera nacido en Bilbao, se apellidaría Loizaga. Esta novela de José Francisco Alonso tiene toques de Vázquez Montalbán (Pepe Carvalho también era un amante de la buena comida), de Malvaldi (cambiando la brisca por el mus), de Manzini (aunque la mala leche de Loizaga no llega a la de Rocco Schiavone), de García Hernán, Salem o incluso Markaris (entre otros, han tocado el tema de fondo) y seguro que escarbando me saldrían algunos más, pero sobre todo esta novela me ha recordado mucho a Camilleri y a su protagonista Montalbano.
Me he encontrado en este libro un fino sentido del humor que recorre toda la novela y te consigue sacar una sonrisa cada dos por tres, me ha parecido maravilloso que Loizaga sea profesor de Filosofía en un instituto, y me siento muy identificado, aunque soy “de ciencias” (y el protagonista no nos deja demasiado bien parados), con sus comentarios sobre el alumnado (me he reído mucho con esos trozos), una trama que transcurre en el mejor sitio del mundo (el centro del universo, diría incluso), un tema de fondo muy actual y contado con bastante crudeza y realismo, ese eterno debate (inherente a la novela negra) entre legalidad y justicia, unos cuantos protagonistas muy bien trazados, un pisto a la bilbaína que además de darle título el libro es otro protagonista más de la novela (ojo, sutil spoiler), varios giros de guión sorprendentes (y es que aunque parece que la trama no es lo principal del libro, porque no lo es, hay un par de momentos en los que la cosa se da la vuelta y te deja loco), un final a la altura del resto …
Me ha sorprendido mucho, se me ha hecho la boca agua con algunas de las recetas que cuenta, me han entrado ganas de visitar Bilbao, de hacerme del Athletic, de salir de pintxos y de cruzar sus puentes. En resumidas cuentas, una novela espectacular que me he “bebido” en tres días, robándole tiempo al sueño, y que me deja con ganas de la siguiente, Milhojas de jamón, a por la que voy pero ya mismo.